sábado, 14 de abril de 2012

If you love me, why you let me go?



Eras fuerte las 24h del tiempo. Era lo único que se te pasaba por la cabeza, que tenías que aguantar, hasta que llega un punto en el que sabes que no vale la pena alguien que te olvida durante unas semanas. Dirás bueno unas semanas, no es tanto, pero para mí se me hacían interminables y si para él no se le hacían así, significaba que no sentía lo mismo. Y sí, me costaba asumirlo, me costaba asimilar que no me iba a llamar, que cada parte y todos los recuerdos en 60 días que vivimos, se borraron. Lo hubiera dado todo, y lo peor es que el lo sabía, supongo que por eso se alejó. Sabía que lo tenía todo ganado conmigo, con eso le perdí. Una resta y suma de motivos. Tantas noches enrredada en su espalda, esas miradas complices y esos roces de mejilla que incitaban a un beso sin querer. No había mucho que perder, o quizás para el sí que había.
Pum. Volvió a llamar. Maldito teléfono. No vuelvas. No quiero verte. Se acabó, tú lo sentenciaste así no vale volver ahora. No puedes volver cada vez que a ti te de la gana. El juego se acabó, game over perdí yo y te aseguró que no habrá más partidas.


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